Tanto tiempo sin vernos y como siempre, todo partió distante… Comenzamos a hablar tonterías, cosas irrelevantes, risas entremedio y tiernas miradas… para finalmente terminar con la pregunta clave que posteriormente desencadenaría una serie de emociones y sensaciones muy especiales: “¿y te vas acostar a mi lado o no?”, la que, con una respuesta afirmativa, dio fin a las palabras sobrantes…
Dijiste que tenías sueño, cerraste los ojos y desde ese momento no pude quitarte la vista de encima… lentamente, y ante el impulso que me llamaba tocarte, comencé a rozar suavemente tu piel… Reconozco que me invadieron los nervios, pero nervios que al lado de los que se seguirían más tarde no eran más que un simple cosquilleo en el estómago… Aquel roce se fue matizando con profundas miradas, de esas que te revuelven hasta el alma… Pasado un tiempo en que no me atrevía a tocarte como tanto deseaba y en que mi autocontrol estaba semi-intacto, sentí un fuerte deseo de “ir más allá”, te veías tan linda... y tu olor realmente me estaba volviendo loca…
Debido a la poca ayuda de tu parte para mantenerme controlada, perdí el control cuando me acercaste bruscamente a tu cuerpo…
...Ese gesto cargó la pieza de una extrañísima y agradable temperatura… De inmediato mis manos comenzaron a sudar… partí delicadamente, concentrada en no desesperarme… no pensaba mucho, era imposible, sólo pensaba en lo feliz que me sentía estando a tu lado, tan cerca, abrazándote, rozando tu piel, y tocándote con suavidad, ternura, pasión… mucha pasión...
El vernos así, acaloradas de amor, es algo que no podría olvidar jamás…
“..simplemente gracias por aquella tarde tan especial....
por aquella tarde tan mágica y a la vez tan real.....
..GraCiaS.. por hacer de ese momento algo InOlViDaBlE...”
viernes, 1 de enero de 2010
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