viernes, 4 de mayo de 2012

Samskeyti ♪ de fondo.

Ella no sabía cuándo debía dejar de hablar. Me acuerdo que siempre sonreía cuando la miraba con deseo. Me gustaba observarla al conversar, sin que supiera que en mi mente sólo pensaba en sus gestos y manías. Mi mirada se acostumbró a recorrer sus labios mientras hablaba. Amaba su boca y sus labios tan proporcionados. Amaba su locura. Me gustaba… realmente me gustaba.

Odiaba su ritmo acelerado y su frialdad cuando el momento ameritaba su calor. ¡Era tan bonita! Creo que nunca la conocí. Se expresaba bien con palabras, no puedo decir lo mismo de su cuerpo. No era tímida, al contrario, se desataba fácilmente sin importarle el mundo.

Odiaba sus defectos tan perfectos. Siempre temí por nuestros mundos tan opuestos. Es cierto, fuimos el aceite mezclado con agua.

Su sonrisa… era tan adorable. Mi cuerpo enloquecía cuando la tenía cerca, y ella lo sabía. Me encantaba perderme en sus ojos… yo era feliz con mirarla… con sólo mirarla.

Me obsesionaba fotografiarla en todas sus facetas, y así reconstruir su personalidad en fotos. Era extraña, distante y cariñosa. Me encantaba su fascinación por escuchar música cuando yo sólo quería dormir. Me gustaba su piel, su olor y sus estresantes ganas de aprender de todo. Siempre buscaba la manera de hacerme reír, lo lograba el 90% del tiempo. Me llenaba… realmente me llenaba.


Yo creía en lo nuestro, en eso que nunca existió.
Ella era dominante... yo fui su juguete.

Ella… es tan odiable.

Describirla podría ser eterno.-

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